El kombucha a veces se llama «té de larga vida». Según las leyendas chinas, se ha consumido durante más de 2000 años e incluso se le ofreció al emperador chino Qin Shi Huang por su excepcional longevidad. ¡Así que se podría decir que cada sorbo te acerca un paso más a la vida eterna!
La kombucha tiene una fascinante historia que se remonta a más de 2000 años. Originaria de China, se consideraba una bebida sagrada, reservada para los emperadores por sus propiedades beneficiosas.
A lo largo de los siglos, el kombucha ha cruzado continentes, viajando por Asia y luego por Europa, antes de volverse popular en todo el mundo, particularmente gracias a su fuerte regreso en la década de 1990. Hoy, el kombucha es una bebida apreciada por sus beneficios y su sabor único.
¿Sabías que el kombucha contiene hasta 10 cepas diferentes de probióticos? Diferencia entre el kéfir y el kombucha: El kéfir utiliza granos vivos para fermentar la leche o el agua, mientras que el kombucha se basa en un cultivo llamado SCOBY que transforma el té dulce en una bebida gaseosa y ácida.
Según la leyenda, el Kombucha fue introducido en Europa por un médico japonés llamado Kombu, quien se lo ofreció al emperador de China para aliviar sus problemas digestivos y mejorar su salud, dando así su nombre a la bebida.
La kombucha es rica en probióticos que reequilibran la flora intestinal. Gracias a sus enzimas naturales y ácidos orgánicos, facilita la digestión, alivia la hinchazón y mejora la absorción de nutrientes. Notarás un estómago más ligero y una digestión más tranquila.
La kombucha es una verdadera armadura para tu sistema inmunitario. Gracias a su rico contenido en antioxidantes, ayuda a combatir los radicales libres y estimula la producción de células de defensa. Consumirla regularmente fortalece tus defensas naturales para resistir mejor las infecciones.
La kombucha contiene cafeína, pero en una forma más suave que el café. Te proporciona un impulso natural gracias a sus propiedades energizantes, pero sin los picos de energía seguidos de bajones repentinos. Esto te permite disfrutar de una vitalidad más estable durante todo el día, sin nerviosismo.
Las propiedades desintoxicantes de la kombucha también se extienden a la piel. Al ayudar a eliminar toxinas y mejorar la circulación sanguínea, le da a la piel un brillo natural. Además, sus ácidos orgánicos ayudan a regular el pH de la piel, reduciendo las imperfecciones y la inflamación.
La kombucha desempeña un papel fundamental en el control de peso, ya que regula el apetito y promueve la sensación de saciedad. Su efecto saciante ayuda a limitar los atracones y favorece un metabolismo saludable.
Los antioxidantes presentes en la kombucha, como los polifenoles, desempeñan un papel crucial en la protección contra enfermedades crónicas. Al neutralizar los radicales libres, ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades neurodegenerativas. Es un verdadero escudo contra el daño oxidativo.
Gracias a las vitaminas B1, B6 y B12, la kombucha desempeña un papel esencial en la regulación del sistema nervioso. Estas vitaminas tienen un efecto calmante y ayudan a reducir el estrés y la ansiedad. Consigue un estado mental más tranquilo y equilibrado bebiendo kombucha con regularidad.
¿Sabías que, al igual que los granos de kéfir, los SCOBY se multiplican infinitamente?
Cada vez que se prepara una infusión de kombucha, el SCOBY produce un nuevo disco, una especie de «vástago» que se forma en su superficie. Este disco extra se desprende gradualmente y puede usarse para iniciar una nueva fermentación o incluso compartirse con otros aficionados a la kombucha.
Un estudio de 2018 realizado por NHM Zubaidah et al. examinó el impacto de la kombucha en los niveles de glucosa en ratas diabéticas. Los resultados mostraron una reducción del 31 % al 59 % en los niveles de glucosa plasmática en ayunas en ratas que consumieron kombucha por vía oral durante 28 días. Esto es muy prometedor para los pacientes diabéticos.
Otro estudio de 2015, realizado por NHM Zubaidah et al., examinó los efectos antioxidantes de la kombucha, en particular la preparada con té verde. El estudio demostró que la kombucha contiene polifenoles que podrían desempeñar un papel importante en la neutralización de los radicales libres y la reducción del estrés oxidativo, protegiendo así de diversas enfermedades.
Y eso no es todo: un estudio de 2014 realizado por KR Jayabalan et al. descubrió que el ácido producido durante la fermentación del kombucha tiene propiedades antibacterianas . Esto indica que el kombucha puede inhibir el crecimiento de bacterias patógenas como Escherichia coli y Salmonella typhi.